21 julio 2025
5 minutos
Viajar en tren por Chile es una forma única de conectar con paisajes e historias que conservan el encanto del pasado. Sigue leyendo y descubrí rutas sobre rieles que combinan nostalgia, aventura y encanto local.
21 julio 2025
5 minutos
Subirse a un tren en Chile es mucho más que trasladarse de un punto a otro: es viajar a otro ritmo, dejar que el paisaje se deslice por la ventana y reconectar con lo simple. Entre estaciones pequeñas, pueblos con identidad propia y caminos que bordean ríos o cruzan campos abiertos, la experiencia se vuelve pausada y profunda. Es una invitación a mirar sin prisa, escuchar historias locales y sentirse parte del territorio.
Además, muchas de estas rutas recuperan trayectos históricos que hoy reviven como panoramas turísticos accesibles y llenos de alma. Los trenes rescatan memorias, conectan generaciones y ofrecen una forma distinta y encantadora de explorar el país.
Durante décadas, el tren fue protagonista en la vida cotidiana de Chile: uniendo regiones, transportando sueños y marcando el ritmo de pueblos enteros. Con el paso del tiempo, muchas rutas quedaron en pausa, pero no en el olvido. Hoy, varios de esos recorridos han vuelto a la vida convertidos en experiencias turísticas que combinan patrimonio, paisaje y emoción. Viajar en estos trenes es revivir una época en la que el trayecto importaba tanto como el destino. Son vagones que conservan su carácter original, locomotoras restauradas y estaciones con memoria, donde el pasado se integra al presente en cada parada.
Hay rutas ferroviarias en Chile que no solo conectan destinos, sino emociones: atraviesan valles, bordean ríos y cuentan historias al compás del traqueteo de los rieles. Si disfrutas viajar con todos los sentidos y dejar que el camino te sorprenda, lo que sigue seguro te encantará.
Viajar en el Tren del Recuerdo es revivir una época en la que los viajes eran pausados, fotogénicos y llenos de encanto. Esta ruta conecta Santiago con el puerto de San Antonio en vagones restaurados que conservan la estética de mediados del siglo XX. Durante el recorrido, no solo se disfruta del paisaje: hay música en vivo, gastronomía típica a bordo y un ambiente que invita a conversar, mirar por la ventana y dejarse llevar. Es ideal para quienes buscan algo más que llegar y prefieren el placer de cada kilómetro recorrido.
El viaje comienza temprano en la capital, por lo que elegir un alojamiento bien ubicado puede marcar la diferencia. El ibis budget Santiago Providencia es una excelente opción para quienes desean descansar con comodidad, sin salirse del presupuesto, y tener todo a mano antes de embarcarse en esta experiencia sobre rieles. Práctico, moderno y con excelente conexión, es el punto de partida perfecto para un día que comienza con historia y termina lleno de recuerdos.
Este ramal es el último tren de trocha angosta que sigue en funcionamiento en Chile, y recorrerlo es adentrarse en una postal viva del Maule profundo. A lo largo del trayecto, el tren serpentea entre cerros, bordea el río y atraviesa pequeñas localidades donde los habitantes aún saludan al paso. No hay prisa, solo ventanas abiertas, olor a campo y estaciones que parecen suspendidas en el tiempo. Es un viaje que no solo conecta dos puntos, sino también generaciones, memorias y paisajes que se resisten a desaparecer. Una experiencia sencilla y poderosa, donde lo auténtico se vive en cada tramo.
Viajar en tren por el sur de Chile es dejarse envolver por la niebla, los bosques y ese ritmo pausado que convierte cada tramo en contemplación. Las rutas ferroviarias del sur no solo cruzan paisajes verdes y ríos serpenteantes, sino también estaciones antiguas, locomotoras históricas y relatos que siguen vivos entre rieles oxidados. Es una experiencia que mezcla naturaleza, historia y emoción, ideal para quienes disfrutan tanto del camino como del destino.
Aunque los trenes turísticos en Chile no compiten en rapidez, su encanto está precisamente en eso: en ir despacio. La mayoría de estas rutas opera a velocidades que oscilan entre los 30 y 60 km/h, lo justo para disfrutar del paisaje sin prisa y permitir que cada estación, puente o curva cuente su historia. Más que llegar pronto, se trata de aprovechar el trayecto: mirar por la ventana, respirar profundo y dejar que el tiempo se diluya al ritmo del traqueteo de los rieles. En estos trenes, lo importante no es correr, sino viajar con los sentidos despiertos.
Aunque la red ferroviaria chilena se enfoca principalmente en rutas internas, la idea de cruzar la cordillera en tren sigue viva en el imaginario de muchos viajeros. Existen antecedentes históricos de conexiones ferroviarias entre ambos países, pero actualmente no hay un servicio turístico ni regular que una Chile con Argentina por vía férrea. Sin embargo, eso no le quita encanto a la experiencia: muchos trayectos chilenos permiten acercarse a pasos fronterizos o combinarse fácilmente con otros medios de transporte para seguir explorando.
Además, los trenes turísticos en Chile ofrecen algo que va más allá del destino final: paisajes que cambian con cada curva, estaciones que conservan su esencia y una experiencia de viaje difícil de olvidar. Para quienes sueñan con una gran travesía andina, combinar rutas ferroviarias chilenas con tramos por carretera o incluso trenes del lado argentino puede ser una forma distinta, flexible y muy enriquecedora de cruzar la frontera.
Organizar un recorrido ferroviario por Chile requiere algo más que elegir una fecha y comprar un boleto: se trata de anticipar paisajes, elegir bien las estaciones de partida y llegada, y dejar espacio para lo inesperado. Algunos trenes turísticos solo operan en fechas específicas o fines de semana, por lo que revisar los calendarios con antelación es clave. También conviene considerar si el recorrido es de ida y vuelta, o si es mejor combinarlo con otros medios de transporte para seguir explorando.
Y para que el viaje empiece con buen pie —y al ritmo sin prisa que estos trenes proponen—, nada como hospedarse en los hoteles de las marcas ibis en Chile. Bien ubicados, con opciones accesibles y el confort necesario para descansar antes o después de la aventura sobre rieles, son el punto de partida perfecto para un itinerario relajado, flexible y lleno de descubrimientos.
Viajar en tren es una oportunidad para desconectar del ritmo acelerado y reconectar con lo esencial. Por eso, un buen consejo es guardar el reloj, llevar la cámara lista para lo inesperado y tener siempre algo de abrigo a mano: en Chile, el clima puede cambiar tanto como el paisaje. También conviene llevar snacks, agua y curiosidad, porque cada tramo tiene su propio relato, y muchas estaciones pequeñas no están hechas para pasarlas de largo.
Y cuando se trata de sumar comodidad sin perder libertad, los hoteles de las marcas ibis en Chile marcan la diferencia. Con ubicaciones estratégicas, check-in ágil, camas diseñadas para descansar de verdad y tarifas que cuidan tu presupuesto, son el complemento ideal para una aventura ferroviaria que empieza y termina con tranquilidad. Así, cada viaje se vive con más entusiasmo… incluso antes de subir al tren.
Recorrer Chile en tren es una forma distinta de ver el país: más lenta, más cercana y mucho más memorable. Para que cada trayecto sea aún mejor, los hoteles de las marcas ibis en Chile ofrecen el punto de apoyo perfecto en las principales ciudades. Desde el norte hasta el sur, brindan descanso sin complicaciones, buena ubicación y todo lo necesario para empezar la jornada con energía y terminarla con comodidad. Si el viaje es sobre rieles, que la pausa también tenga estilo.
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